19 de marzo de 2011

¿Existe todavía mi blog?

A Jime, por el empujoncito

Un mediodía, navegando tranquilo por las aguas internéticas me vino a la cabeza la pregunta del título. Dudé un momento, las mandíbulas blogueras no suelen dar tregua a las lagunas (casi oceanísticas ya) de un pichón de escritor "medio pelo". Entonces googleé (¿se escribe así? un corrector a la izquierda por favor) Urbanicomio, el buscador no me preguntó si estaba equivocado o quería poner otra cosa menos rebuscada, algo así como "Urbanismo". Y entré de nuevo acá, corrí unas ratas a escobazos, saqué telarañas con un plumero medio desarmado y corrí el polvo de los muebles con mi franela de letras.
Acá estaba de nuevo, después de vueltas al mundo, a la cabeza y al-que-decir. Me senté en el sillón de la falta de ideas y contemplé a mi alrededor: fajos de papeles amarillos, cuadernos sin hojas en blanco, posters del Manteca Martínez y de Los Pericos, condompos charlando detrás del machimbre mohoso y muchas otras cosas. Oí algo imperceptible, muy a lo lejos. Fui hasta el rincón detrás de la biblioteca, me arrodillé y miré: una idea parpadeaba desde el fondo del agujero, con ojitos achinados por la falta de luz y sorprendida al ser iluminada por la linterna de mi celular.

Diego M