21 de septiembre de 2007

Estacional

Me levanté con unas lindas ganas (poco originales) de escribir un texto sobre la llegada de la primavera. Entonces escribí algo así como: "los arboles vuelven a florecer, los estudiantes pasean felices por las calles, los pájaros vuelven a cantar, el sol tiene otro color y la gente se ve más feliz". Una porquería ¿no?
En el segundo intento apliqué teorías minimalistas y salió esto: "la primavera está muy buena". Cero elaboración, cero poesía, no aporta nada.
Tercer intento, ahora de estilo oriental:
"Llegó la primavera
los árboles florecen
como tu sonrisa"
¡Puaj! muy parecido al primero, pero con la engañosa forma de un haiku.
Entonces pensé en las caminatas por la costa del río, en los mates en contacto con el pastito, en el aire mediocálido mediofresco pegándote en la cara, en la ropa primaveral que sale del placard, en las ganas irrefrenables de tomarte un micro a cualquier lugar, en correr, en saltar, en jugar al fútbol, en las chicas mostrando (por fin) las piernas, en la gente tomando sol en la plaza de la esquina.
Y puse punto final (me voy a tomar unos mates).

Diego M

1 comentario:

Crispín dijo...

"en la ropa primaveral que sale del placard", y en los rollos que salen de la ropa primaveral.