3 de septiembre de 2007

El peso de la semana

A Jime

Las lágrimas canalizaron todo lo que no pude decir. Todo lo que aguanté en ésta semana. Todo lo duro que estuve para sostener la situación. Historias de posibles abortos y posibles suicidios que hubieran hecho que no estuviera sentado hoy acá, escribiendo esto. Tus lágrimas. Mis lágrimas. Y tu abrazo curativo. Lo importante de saber que uno no está solo para enfrentar el dolor. Porque vos lograste que me abra. Diste vuelta el espejo y me mostraste las cosas que estoy haciendo mal. Mi lado oscuro al que nunca quiero acceder.
Hoy transito un lunes dolorido pero iluminado. Aprendí mucho de mí y mucho de vos. Aprendí de NOSOTROS. Entonces me doy cuenta de que tenemos un proyecto, con todo lo que implica esa palabra. Me doy cuenta de que, al fin, estoy con alguien que me ama y que no me va a dejar en el medio del río. Me doy cuenta de que sos una persona maravillosa, aunque de eso me había dado cuenta hace bastante. Sé que tengo en quien apoyarme en estos meses difíciles que nos esperan. Sé que estoy con la mujer que merezco, la que era para mí.
Te amo.

2 comentarios:

Mi nombre ya es canción dijo...

Ay! yo no sé que he hecho para que estés convencido de que soy tan maravillosa. Sólo sé que, si por mi fuera, nunca dejaría que caigas al río.
Y por supuesto que vos también sos una persona maravillosa, más que maravillosa: vos desnudás mi ser de mis peores defectos, y entonces quedo vestida sólo con lo necesario: mi amor por vos.
Yo también.
Jime.

Gala dijo...

Ahora me dan ganas de llorar a mí, me encanta el amor :)