18 de abril de 2007

Urbanicomio

Me suena el celular. Meto la mano en el bolsillo. No tengo celular, saco una pastilla de fruta, porque las de menta pican, como los mosquitos salvo que tengas off. Si el grabador está en off no podés escuchar música. Dicen que la música calma a las fieras, pero nunca ví a un león con un grabador en el zoológico, en dónde están todos los bichos amontonados. La gente se amontona en las oficinas, todo el día sentados tratando de ganar algo de plata. Porque "el dinero no es todo pero como ayuda". Ayuda a comprar un autazo, para andar por la calle insultando como loco, pero no vas al manicomio, donde están los locos pero nadie sabe por qué. El saber no ocupa lugar, al contrario de la comida. La comida de las hormigas son las plantas, se las comen y las llevan a la tierra, me pregunto ¿por qué las plantas no nacen de nuevo? La calle está llena de autos nuevos y de colectivos que echan humo. Como el humo de los oficinistas que salen a fumar cansados de estar tantas horas cuadrándose el culo en una silla con ruedas, me pregunto ¿la silla con ruedas es el auto de los pobres? Pobre le dicen a un tipo cuando no tiene para comer, o cuando anda en la mala. Las malas son cuando no tenés laburo ni plata ni minas. Las minas son jodidas. Jodido es andar por la calle que está llena de gente con cara de culo y traje de Armani. De traje te visten cuando vas al cajón, me pregunto ¿para qué estar tan elegante si a esa altura no te podés levantar ninguna mina?

Diego Monrroy

3 comentarios:

Matías dijo...

Buenísimo!

Lindo (y muy orignal) retrato de la vida en la ciudad.

cuakerboy dijo...

como decirte que es las risas van creciendo a medida que las reflexiones se hacen mas profundas... y me hiciste pensar, a mi que me entierren en zunga!!

Sebastián Zaiper Barrasa dijo...

Este post debería republicarse