26 de noviembre de 2007

Eschiclado

¿Viste ese día que se estira como una bandita de látex? ese día en que el almuerzo no llega más, y no es que lo estés esperando porque tenés mucha hambre, si no que querés una interrupción: un cambio de ritmo que te saque de la silla, que te haga olvidar de esos papeles que se acumulan, o de esa máquina que no quiere andar, o de ese jefe que pasa muy seguido controlando si trabajás o no. Ese día en que cualquier cosa te lleva al bostezo, querés cantar y bostezás, le querés comentar la película que viste anoche a un compañero y bostezás, te estirás a buscar un manual o un catálogo y bostezás. Será porque anoche dormiste poco. Pero la semana pasada dormiste mucho y bostezabas igual. ¿En qué momento tu vida se transformó en una gran siesta? ¿cuando el auto parecía una cama voladora? ¿o cuando el escritorio tenía gusto a almohada? ¿o justo ahora, cuando el duende con sombrero verde te ofrece una manzana deliciosa?
Despertate. Dale, que ya viene el jefe.

Diego M

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